Regulación e Integridad Pública: los desafíos de gobernanza de las agencias reguladoras brasileñas

Resumen

La relación entre integridad pública y regulación puede ser vista desde dos prismas complementarios: la regulación como un requisito para la integridad pública, considerando el rol de supervisión que desempeñan las agencias reguladoras en el ciclo de integridad pública, especialmente en lo que respecta a empresas estatales; y la integridad pública como un fundamento de la regulación, ya que, más allá de aspectos generales de gobernanza aplicables a todos los órganos públicos, los reguladores enfrentan riesgos específicos de integridad, como aquellos relacionados con la captura regulatoria y la injerencia política sobre decisiones técnicas.

Este artículo se dedica a comprender cómo esta relación se desarrolla en el contexto institucional nacional, explorando las particularidades de la gobernanza en las agencias reguladoras en Brasil. Tras una reflexión teórica sobre la relación entre los conceptos de regulación e integridad, basada en el debate académico y la historia de la administración pública brasileña, se propone un marco de referencia para la comprensión de la especificidad de la integridad institucional aplicada a las agencias reguladoras. A partir de este marco, en un segundo momento, se propone una discusión sobre los principales desafíos institucionales que enfrentan las agencias reguladoras brasileñas en lo que respecta a la integridad pública. Esta discusión se basa empíricamente en la experiencia del Programa QualiReg, fruto de una asociación entre el PNUD y la CGU, que tiene como finalidad el mejoramiento de la calidad regulatoria y la capacidad institucional de las agencias reguladoras brasileñas. El Programa evaluó la gobernanza regulatoria y la capacidad institucional de 45 agencias, en todos los niveles de la federación. A través del análisis de estas evaluaciones, es posible identificar cuellos de botella de gobernanza enfrentados por las agencias reguladoras. Así, tras una discusión teórica y empírica, se propone, a modo de conclusión, una agenda de integridad para agencias reguladoras, que vaya más allá de los programas de integridad y los códigos de conducta, enfocándose en la intersección entre calidad regulatoria e integridad pública.